Hay necesidad de impulsar una agenda informativa con perspectiva de género
En el marco de la conmemoración de los veinticinco años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing (1995), que propuso entre otros temas, la relación Mujer y Medios de Comunicación, dialogamos con Zuliana Laínez Otero, secretaria general de la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), presidenta de la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe (FIP-ALC), y vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP).
En entrevista con CONCORTV nos aporta reflexiones sobre dos de los componentes que plantea Beijing desde el binomio Mujer y Medios, entre ellos, el fomentar un aumento en la cuota de las mujeres en puestos directivos, o instancias que influyan en la política de los medios; y suprimir la proyección constante de imágenes negativas y degradantes de la mujer en los medios de comunicación.
Uno de los aspectos planteados en la declaración de Beijing 1995 fue mejorar los niveles de acceso de las mujeres a los medios de comunicación en puestos directivos y de decisión. ¿Crees que se ha mejorado a 25 años de esta declaración?
Hay una mejora significativa en el acceso, pues la profesión periodística en Perú está feminizada. Hoy en día un 60 o 70% del porcentaje de estudiantes de la carrera son mujeres, sin embargo, ello no se traduce en los puestos de responsabilidad. Los puestos de dirección continúan inaccesibles para las periodistas mujeres.
En estos 25 años ha habido aún débiles o inexistentes esfuerzos desde el Estado para fomentar la participación de periodistas, medios de comunicación y organizaciones de la sociedad civil en el cumplimiento de los objetivos establecidos en el capítulo J de la Plataforma de Beijing sobre mujeres y medios de comunicación.
¿Cuál es la situación actual de las mujeres periodistas dentro de los medios? ¿Qué roles ocupan?
Los problemas en las redacciones han ido mutando. Todavía hay medios que, tratándose de mujeres, en la etapa de selección de practicantes o personal por contratar, siguen preguntándole a nuestras colegas en edad fértil si piensan tener hijos. Como si esto fuera un condicionante de la capacidad. Preguntas referidas al estado civil siguen sobre la mesa.
En los roles, es verdad que hay más mujeres editoras. El problema es el sobreesfuerzo que ello demanda. La exigencia de la sobrecalificación en los perfiles es una realidad. La brecha salarial también. Una de las “áreas duras” en los medios es la opinión. Los medios siguen invisibilizando la voz de las mujeres como columnistas.
¿Crees que los programas periodísticos muestran una imagen equilibrada de las mujeres en diversos roles y reconocen su aporte a la sociedad?
Este es el mayor problema que enfrentamos hoy. La información estereotipada y la no diversidad de fuentes, que incluyan a mujeres como voces autorizadas. Hay necesidad urgente de impulsar una agenda informativa con perspectiva de género y desde los derechos de las mujeres. Hay necesidad de promover el tratamiento informativo sin estereotipos, uso de lenguaje no sexista, e incluyente.
¿Qué implica incorporar el enfoque de género en los programas periodísticos?
Lo primero, que hay que pedirles a nuestros colegas, hombres y mujeres, es empatía, sentido común. Que cuestionen y combatan la desigualdad en que viven las mujeres respecto a los hombres, mostrando a la ciudadanía las dificultades estructurales que hoy encuentran las mujeres para desarrollarse en la sociedad.
Que observen y aporten en la comprensión de cómo opera la discriminación negativa hacia las mujeres, que invisibiliza y minimiza sus logros y aportes.
¿Cómo trabajar para un adecuado manejo del enfoque de género con las y los periodistas? ¿Qué aspectos claves plantean desde la ANP?
Formación, formación, formación. Muchas veces las coberturas -como en el caso Solsiret- no solo son producto del enfoque morboso de los medios, lo es también por falta de experiencia en coberturas de este tipo: No saben cómo -desde la narración- proteger a las familias de las víctimas, cómo no caer en la revictimización, cómo nombrar las situaciones de manera adecuada.
Para un cambio a mediano plazo, uno de los ejes que planteamos desde la ANP es trabajar con los/as estudiantes de comunicación, quienes deben ser formados/as en coberturas con enfoque de género desde las aulas.
¿Qué importancia tienen las redes de comunicación, y/o periodistas mujeres que se articulan en el país y en el mundo para plantear agendas comunes?
La articulación y la solidaridad entre las mujeres periodistas es fundamental. Hay diversos esfuerzos a nivel nacional -la ANP desde hace más de 13 años impulsa una red de periodistas con visión de género- articulada a nivel internacional con la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género. Estos espacios sirven no solo para la formación, sino para hacer seguimiento a instrumentos internacionales que contemplan la necesidad de desarrollar un periodismo con perspectiva de género y permite compartir buenas prácticas.
¿Qué hacer desde los medios para implementar los acuerdos de Beijing en torno a la mujer y los medios?
Lo plasmado en el Capítulo J de la Declaración de Beijing debería ser una hoja de ruta. Una de las medidas más novedosas ha sido la implementación de Editoras de Género en los medios, cuyo encargo es garantizar el enfoque de género transversal en todas las coberturas.
El pionero fue el New York Times, donde el puesto lo ocupa Jessica Bennett, el último en nombrar editora de género y diversidades -hace unos días- ha sido la agencia pública de noticias: Télam (Silvina Molina).
El Dato
Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer realizada en Beijing, China en septiembre de 1995, marcó un hito en cuanto a los derechos de las mujeres.
La Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing es el resultado de esta conferencia que fue adoptada por 189 países del mundo, entre ellos el Perú.