¡Apaga ese televisor!
(La República).- Hasta hace algunos años, durante las vacaciones, los niños jugaban en los parques y se divertían con juegos que involucraban esfuerzo físico como correr, montar bicicleta, estar al aire libre. En la actualidad los juegos y el entretenimiento de los niños son más bien sedentarios: la computadora, los videojuegos y, por supuesto, la televisión.
En la mayor parte de un día de vacaciones los niños ven televisión. Probablemente le pase como a Amanda y Fernando, los padres de Melissa. Ellos trabajan todo el día. Melissa, de 5 años, se queda con Sonia, la empleada del hogar. Juntas ven televisión y la mayor parte del tiempo, telenovelas. Los padres no están de acuerdo, pero por sus horarios de trabajo, Melissa debe pasar la mayor parte del día con Sonia. De otro lado, la existencia de la televisión por cable propone que debido a la imposibilidad de coordinar los mismos horarios para los distintos países, las películas que tienen escenas para adultos, pueden verse a cualquier hora. No existe un horario estricto de programas para niños, pues el cable trae consigo la transmisión continua de películas y series con contenidos e imágenes para adultos.
Pero no solo eso, en la actualidad existen dibujos animados con esos mismos contenidos. Si bien lo que los niños ven o no ven por la televisión no es responsabilidad de los canales, se podría decir que uno tiene la libertad de elegir qué ve y qué no ve. Y lo cierto es que en la actualidad es cada día más difícil para los padres cumplir con su rol de censores, orientadores o acompañantes para sus hijos cuando estos eligen un programa en la televisión. Muchos de los padres que tienen un horario extendido de trabajo esperan que el control y la ejecución de las reglas estén en manos de la empleada, a quien de cierta manera se exige asumir un rol de madre/padre sustituto durante el tiempo en el que ellos no están. ¿Qué hacer? Tal vez lo más realista sea que durante el tiempo que los padres estén en casa sea posible compartir con ellos alguno de sus programas favoritos, para verlo juntos y utilizar ese espacio para comentar sobre lo que el hijo está viendo. Es importante que cuando sí están, el fin de semana, o los días feriados, aprovechar estos momentos para generar un espacio entre padres e hijos que lleve el mensaje de la preocupación de los adultos, no solo a través de prohibiciones inaplicables, dado que ellos no están en casa para poder hacer que se cumplan, sino ayudando a los hijos a comprender lo que están viendo. Y, en tal caso, saber cuáles son los contenidos que como padres pensamos que no son apropiados y explicar por qué pensamos así. Entonces, no basta con decir: ¡No quiero que veas tal o cual programa! Es preferible explicar por qué uno piensa así.
La idea es guiar a los hijos a través de los programas que ven. Para poder hacerlo, es necesario conocer de qué se trata el programa y por qué el hijo(a) lo encuentra interesante.