“Humor Negro”, por Maritza Espinoza
(La República).- Me escribe indignado Marco Farfán Cartagena (DNI 10171558), nacido en el distrito de El Carmen, Chincha.
Él, como muchos habitantes de ese cálido pueblo, está harto del trato que les dan en la televisión, pero, además, está indignado particularmente con Carlos Álvarez. En su carta cuenta por qué.
“Hace unas semanas, en el Centro de Lima, al celebrarse un encuentro cultural, cometieron el error de invitarlo (a Álvarez), al igual que a La Tarumba, donde trabajan los hermanos Ballumbrosio.
Cuando al señor Álvarez le tocó hacer su presentación, empezó a burlarse de los negros y hasta se atrevió a hacer chistes sobre la familia Ballumbrosio, provocando la reacción de Chevo Ballumbrosio, quien le propinó un puñete”, escribe Marco y agrega:
“No es la primera vez que este señor falta el respeto a la gente de Chincha. Hace un tiempo, en su programa asqueroso, manifestó que la pista de Chincha se hizo aplastando a todos los negros de la zona. (…)
Yo, que vengo de un lugar donde la mayor parte de la población es negra, me siento tocado”.
Marco, que no es un político corrupto ni un general cuestionado, tiene toda la razón de ofenderse.
Él cuestiona también a “personas como Javier Lobatón y Martín Farfán, que se humillan por un plato de frejoles y salen a hacer el ridículo” y quiere que sus tres hijos, ya adolescentes, crezcan en un país libre de racismo.
No quiero comentar más, su carta habla por sí sola, y ojalá Carlos Álvarez lea sus palabras. Tal vez lo hagan reflexionar un poco.