“La televisión pública tiene que reconvertirse hacia una televisión autónoma”

En esta segunda parte de la entrevista con el CONCORTV, Valerio Fuenzalida habla sobre las oportunidades que existen para lograr un desarrollo de la televisión pública en América Latina y la importante labor que cumplen los productores televisivos en los contenidos presentados.

Valerio Fuenzalida, investigador y productor radicado en Chile. (Foto: www.123people.es)

Por Alejandra Orosco/Alexander Chiu

Para Valerio Fuenzalida la concepción de televisión ha cambiado hacia una nueva alternativa educativa, por lo que en esta segunda parte de la entrevista realizada por el CONCORTV recalca la responsabilidad de los productores televisivos en la tarea de ofrecer una televisión pública con un alto estándar de calidad (leer la primera parte de la entrevista).

Valerio opina que la producción de televisión infantil en los países latinoamericanos es necesaria, la cual resulta una tarea más accesible que hace unos años gracias a la disminución de costos del equipamiento, el interés de los jóvenes universitarios por aprender a manejar la técnica audiovisual, entre otros.

“Hoy en día la labor de producción se puede separar en diferentes empresas. Por eso es posible buscar especialistas en guiones, abriendo la posibilidad de escribir más guiones, y que estos sean producidos en diferentes partes. Así no tenemos que ser nosotros los únicos en hacer todo el trabajo, sino que estas divisiones podrían posibilitar una producción más local, que indudablemente nos hace falta.”

"Recientemente la televisión educativa se amplía más allá de lo escolar, curricular. Es una disociación interesante porque amplia el concepto de educación. Entonces hay que analizar estas nuevas perspectivas y prepararse para producir materiales en esta nueva onda”. Para Valerio deberían existir canales con una programación más especializada, en donde el espectador pueda adquirir conocimiento de la programación que consuma y no sea un público pasivo.

“La tecnología digital nos coloca en un escenario nuevo e interesante, nos permite tener canales que se dediquen 24 horas a la información o a programas infantiles. La importancia de esas 24 horas es que sales del marco estrecho de la televisión y se empieza a aportar en pantalla la magia que permite una discusión más a profundidad, la entrevista, los actores del acontecimiento, expertos que pueden opinar, puedes agarrar más puntos de vista, más profundización de ciertos acontecimientos, mas partícipes. Yo creo que ese es el futuro de cierta riqueza informativa, la cual es posible hoy en día.” .

Romper con la mediocridad

Valerio enfatiza su interés por una televisión pública con un estándar de calidad mayor, haciendo con esto que el resto de televisoras busquen asemejarse y lograr ofrecer a la audiencia mejores contenidos. Para Fuenzalida, el principal riesgo está en la mediocridad de los productores televisivos, la cual considera resulta un fuerte modelo de calidad debido a su éxito con la audiencia. “Yo creo que la mediocridad se combate con la presencia de buenos contenidos ofrecidos por una televisión pública de calidad”.

Por otro lado, Fuenzalida critica la función propagandística de la televisión pública en la actualidad, ya que no está dando resultado sino que por el contrario, ha llevado a tener canales de muy baja sintonía y credibilidad. Es por eso que el propone: “La televisión pública tiene que reconvertirse hacia una televisión autónoma, donde la continuidad de sus programas vaya más allá del cambio de gobernante y que pueda presentar una información confiable y plural, dando cabida a todos los puntos legítimamente diversos de un país”.

Para esto, Valerio propone que los productores se arriesguen con una programación edu-entretenida, la cual puede encontrarse dentro de telenovelas, series, programas infantiles. Con esto, la televisión pública se presentaría como una herramienta útil dentro de la sociedad, presentando contenidos de calidad que logren un aporte a la comunidad.

Propuestas para una televisión pública óptima

Para lograr esto, Fuenzalida propone que se trabaje desde las universidades, siendo los propios alumnos quienes creen canales educativos, y otros centros de educación especializados en comunicación y/o educación, a las cuales se les critica el modelo tradicional que no les permite captar las nuevas dimensiones y potencialidades del medio televisivo.

Para Valerio, llegar a lo óptimo de la televisión pública, requiere de contenidos cotidianos, tratados también en la escuela, fortaleciendo el aspecto socioemocional del espectador, su capacidad de enfrentar problemas. “El trato de la educación en las universidades tiene que afrontar estas nuevas perspectivas. La televisión pública también debe ensayar este nuevo tipo de programación. Lo cual supone una organización distinta en el manejo de la televisión.”

Fuenzalida encuentra estas propuestas de una televisión pública educativa y especializada como una propuesta absolutamente legítima, y la cual puede resultar un potentísimo vehículo de auto comprensión de las personas, y que pueda colaborar al enfrentamiento de situaciones en base a lo aprendido en la pantalla.

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