En Ecuador, los niños serían protegidos en TV
Diego Molina, de Cefocine, enseña a los niños la Nueva Prosperina de Guayaquil, el manejo de la cámara. |
(El Telégrafo).- En mayo de este año un estudio del Instituto de la Niñez y la Familia (INFA) puso en evidencia el tipo de contenido al que los niños están expuestos en la televisión ecuatoriana. El resultado es que el 61% de la población infantil y adolescente del país puede acceder por semana a escenas en las que aparecen constantemente personas maltratándose, golpeándose, heridas o muertas.
Dos meses después, como una forma de impedir que los contenidos violentos y que degradan la dignidad humana continúen circulando en medios masivos de información, el ministro de Gobierno y Policía, Fernando Bustamante, anunció que se dispone que los medios “no podrán presentar imágenes crudas” de muertos, enfermos o accidentados.
Ahora esa medida tiene un nuevo refuerzo, sobre todo, en lo que a protección de los niños se refiere. Hace un mes el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (CNNA) y su similar de Radio y Televisión (Conartel) firmaron un convenio para impedir que los menores de edad sean expuestos a contenidos violentos o que los utilicen de forma inadecuada.
Ambos organismos invocan tanto la Ley de Radio y Televisión como el Código de la Niñez y la Adolescencia, las cuales obligan a las autoridades a proteger a los niños frente al posible contenido violento de los medios de comunicación.
Mediante este documento, el CNNA se compromete a elaborar el “Sistema de Control de Calidad” en los mensajes y programas de los medios.
Sara Oviedo, secretaria ejecutiva de este organismo, comenta que la elaboración de este texto está amparado por el artículo 195 del Código de la Niñez que ordena “establecer un sistema de control de calidad y valores en los mensajes y programas de los medios en función del mejor interés de niños, niñas y adolescentes”.
La funcionaria aspira a que para enero de 2009 el CNNA posea el reglamento y empiecen a controlar. “Para elaborarlo nos reuniremos con representantes de medios”, asegura.
Aunque uno de ellos, Nicolás Vega, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Canales de Televisión, al ser consultado señala que la próxima semana las cadenas afiliadas se reunirán para decidir su postura con respecto a este convenio y dicha opinión se sustentará en un informe emitido por el Tribunal de ética de este organismo.
El acuerdo busca que se respete cabalmente el artículo 46 del Código de la Niñez y la Adolescencia, que especifica la prohibición para todo sistema de comunicación (incluida la publicidad) la emisión de mensajes inadecuados para el desarrollo de los niños durante la franja familiar.
Pero no solo eso, porque incluso, según señala Oviedo, “se crearán líneas bases para que los niños que sean víctimas de abusos no salgan para nada en la pantalla, así les distorsionen el rostro. También que se respete fielmente el horario de protección del grupo”.
Para Sandra Albán, directora de la carrera de Pedagogía de la Universidad Católica de Guayaquil, este punto es favorable porque cuando un niño sufre abusos, los medios muestran el nombre de los padres o el lugar donde vive, “de tal modo que el círculo que rodea al niño se entera del hecho, así no hay protección”.
Lo mismo ocurre, señala, con los horarios. “Vemos novelas con escenas sexuales o programas de farándula que son dirigidos para adultos en las tardes”, cuestiona.
Jorge Yunda, presidente del Conartel, está consciente de esta realidad. Por tal razón impulsó la firma del convenio que obliga al Conartel a vigilar el cumplimiento del Sistema de control que elaborará el CNNA.
Afirma que el Conartel, gracias a la ley, está facultado a solicitar el retiro de un programa que considere negativo o trasladarlo de horario. Recalca, además, que cualquier tipo de sanción mayor, como el cierre de un canal, estará a cargo de la Superintendencia de Telecomunicaciones.
“Iniciaremos los controles cuanto antes, tenemos la facultad y se ejercerá”, dice Yunda.
Oviedo cree que así se contribuye a que los niños ejerzan su derecho al acceso a información de calidad. Aunque en Ecuador no hay estudios sobre qué considerarían “información de calidad” los propios niños, sí hay una experiencia como la de Cefocine, que desde hace 15 años “enseña a los niños sobre TV, y cómo producir sus programas en los que comunican los problemas que sufren”, cuenta Jorge Torres, coordinador de un equipo de comunicación de la entidad.
En esos productos elaborados por los propios niños se ven informaciones en los que ellos destacan problemas de su entorno: pobreza, discriminación, drogadicción, violencia intrafamiliar y falta de educación.
Cefocine, enseña, cada miércoles y jueves, a 30 niños de Nueva Prosperina el lenguaje audiovisual. Uno de ellos es Kevin Toala, quien quiere aprender sobre la TV para realizar dos programas: “uno sobre vaqueros y otro sobre mi barrio”.
En cambio su compañerita, Irina Fangoní, quiere hacer “una película de la vida de mi mami porque ella busca un trabajo y aún no encuentra”.
Estos comentarios y los productos que ya posee Cefocine y que fueron elaborados por los niños, casi que corroboran lo que evidenció el estudio internacional “¿Qué TV quieren los niños?”, hecho en 2003 y que encontró un denominador común en 10.000 menores de edad: “lo que desean es que la TV resuelva los problemas que se viven en su entorno”. Pero nunca mencionaron al registro continuo de la violencia como forma de solución.