¿Dónde radica el problema del Canal 7?
(El Comercio).- La salida del publicista Alfonso Salcedo y la entrada del periodista Carlos Manrique no resuelven el problema de fondo del Canal 7: que cada Gobierno de turno lo quiere enteramente a su servicio.
Quien no logró lo contrario, es decir un Canal 7 enteramente al servicio del Estado, pero bregó tenazmente para conseguirlo, fue Eduardo Bruce, durante la administración política de Alejandro Toledo. Salcedo heredó ese difícil y oficialmente consentido avance en dirección positiva. Y hasta donde pudimos saber, el presidente Alan García y Jorge del Castillo parecían dispuestos a dar un paso audaz: el de apoyar el proyecto de una televisión estatal, en lugar de la tradicional gubernamental. Salcedo se encontró de pronto con que no solo no podía llevar más adelante la herencia de Bruce sino que el paso audaz que había pasado por las cabezas de García y Del Castillo se esfumó. Cayó sencillamente en cuenta, sin pensarlo más, que solo le quedaban dos opciones: seguir presidiendo un Canal 7 al que no podía convertir en lo que quería o dejar el puesto en otras manos, en este caso de Carlos Manrique, que no sabemos por ahora qué desearía hacer del 7, si es que ni García ni Del Castillo llegan a pensar diferente.
El Canal 7 o, para decirlo más formalmente, TV Perú, es un bien del Estado, que no debe ser mal usufructuado. Además es el único de su clase, lo cual torna su condición mucho más excepcional. Estamos ante un potencial medio de comunicación nacional reducido por ahora a seguir la agenda política del Gobierno, muy lejos de lo que debería ser su misión informativa, educativa, recreativa y de promoción cultural como lo es la Radio Televisión Francesa, la BBC de Londres o, para tomar un ejemplo más cercano: TV Chile.
Ya es tiempo de que la suerte del Canal 7 deje de parecerse a una tómbola de feria anual en que se rifa el nombre del nuevo ejecutivo o de la nueva ejecutiva que debe tomar sus riendas. Tiene ya que ser un proyecto de televisión estatal, serio y maduro, antes de que el síndrome del perro del hortelano acabe con el escaso patrimonio que le queda.
Probablemente a García y Del Castillo les parezca normal la subordinación de la pauta informativa del 7 al Gobierno, porque se han acostumbrado a ver el canal como órgano gubernamental.
¡Adiós con esta costumbre! Empiecen a pensar que el mayor beneficio que se van a hacer a sí mismos es orientando la vida del 7 en una dirección más inteligente y autónoma. Los beneficiados finales seremos todos los peruanos que necesitamos un canal del Estado en el que se respire libertad, información abierta y plural, educación y cultura.