Anunciantes desprevenidos
(La República).- Doña Jeanette Emanuel estaba indignada: no tenía ni idea de que el nombre de su prestigiosa empresa aparecía entre los anunciantes de Laura Bozzo, como consignamos en esta columna el viernes. “No he podido dormir después de enterarme. Voy a pedir al call center que maneja ese tema que retire ese avisaje, porque Santa Natura no puede asociarse a mensajes negativos como los que transmite ese programa”, me dijo enfática por teléfono. En términos parecidos se expresó el alto ejecutivo de otra empresa peruana (me pidió mantener el nombre en reserva por el momento), que por esta columna se enteró de que su inversión publicitaria estaba alimentando la pauta de la doctorcita.
Los anunciantes suelen delegar la tarea de colocar sus avisos a las centrales de medios asociadas a las agencias de publicidad que los elaboran y que normalmente sólo se guían de las cifras del rating para optimizar la llegada de un anuncio, sin tomar en cuenta que hay programas tan mal vistos que, a cuanta más gente más lleguen, peor imagen proyectarán de un producto. No es lo mismo salir en una foto abrazando a los Jotitas que a Waldir Sáenz, ¿verdad? Pues lo mismo ocurre con los anuncios: no es lo mismo que todos vean tu propaganda en el programa de, por ejemplo, Gastón Acurio que en el de, obvio, la Bozzo.
ATV, sabedor de ese detalle, vende el programa de marras como parte de un paquete rotativo. Así, el anunciante no se entera de que su dinero está pagando el desprestigiado enlatado de Telemundo, algo que no es precisamente un honor para ningún producto.