Una audiencia especial: los niños y niñas
Los niños y adolescentes son el público más influenciable por los medios de comunicación |
A propósito del Día Universal del Niño, el CONCORTV busca reflexionar sobre el rol de los medios de comunicación en la búsqueda del bienestar de niños y niñas en el Perú. Legislación nacional e internacional protege la dignidad, honor e intimidad de los niños en los medios.
Este 20 de noviembre se celebra el Día Universal del Niño, una fecha dedicada a la fraternidad, comprensión y protección del bienestar de los niños del mundo entero. Entre los elementos que aportan al desarrollo de la niñez se encuentran los medios de comunicación, quienes influyen activamente en su educación, actitudes y costumbres.
Para el Consejo Consultivo de Radio y Televisión (CONCORTV), entidad encargada de promover la calidad y ética de la radio y televisión, es importante reflexionar sobre el papel de los medios de comunicación en el desarrollo de la niñez y adolescencia y las normas que estos deben cumplir.
La mejora económica en algunos países ha conducido que el 98% de los niños latinoamericanos tengan un televisor en su casa y que los niños peruanos escuchen más de una hora y media de radio al día.
Las principales normas relativas a los niños y adolescentes como la Convención sobre los Derechos del Niño, el Código de los Niños y Adolescentes, así como la Ley de Radio y Televisión y su Reglamento, señalan lo siguiente:
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El Interés Superior del Niño señala que en cualquier acción que involucre a niños, su interés superior deberá ser una consideración primordial. Esto incluye las acciones tomadas por el Estado, las autoridades y cualquier institución privada, incluyendo los medios de comunicación.
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Cuando un niño o adolescente se encuentren involucrados como víctimas, partícipes o testigos de una falta o delito, no se publicará su identidad ni su imagen a través de los medios de comunicación.
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Los medios deben cumplir con el horario de protección al menor (06:00 – 22:00 horas), donde la programación, adelanto de programación y publicidad que se transmita debe evitar los contenidos violentos, obscenos o de otra índole, que puedan afectar los valores inherentes a la familia, los niños y adolescentes.