“¿Qué le queda?”, por Fernando Vivas
(El Comercio).- Consejo para la “Urraca”, hasta de un conejo: tras la luz roja que ANDA ha puesto a “Magaly Teve” ya no caben golpes de pecho ni graznidos de perdón. Es demasiado tarde para eso. Solo caben cambios drásticos en la esperanza de que los anunciantes reviertan su decisión dentro de un mes (tengo entendido que la sanción debe regir al menos por todo mayo).
Sugerencias: que se cancele de una buena vez el perverso chismefono. Esa convocatoria masiva a la delación de intimidades, al chisme dañino y al seguimiento colectivo, está financiada por el dinero de sólidas empresas. Así no se le juega al mercado peruano. Que en los próximos días el número 442-1210, que ha recibido y grabado cientos de miles de llamadas saturadas de mala leche, quede fuera de servicio.
Otra sugerencia —reiterada— es que “Magaly Teve” se despida de los ampayes. Ah, sí, aunque les suene imposible. Esa institución ha sido el eje de una mala praxis invasiva, de metidas de pata, de injurias y difamaciones. Si la “Urraca” quiere seguir en la tele, no le quedará más remedio que celebrar, comentar y entrevistar sin caer en la tentación de la inquina y del dolo. Se me ocurre otra reforma drástica que podría forzar a los anunciantes a reevaluar su decisión. ¡Un cambio de programación! Si “Magaly Teve” pasara de las 9 p.m. a las 10 u 11 p.m., escaparía al horario de protección al menor, que es la franja (de 6 a.m. a 10 p.m., según la Ley 28278) en la que, de acuerdo con las normas de ANDA, se aplica el semáforo ético. Ahora bien, la falta a la veracidad en el caso de Angie Jibaja ha sido la principal razón de la decisión de ANDA, y tal incumplimiento de un principio ético esencial debe castigarse en cualquier horario, pero la medida tendría que tomar una forma distinta a la luz roja.
Si no son los anunciantes, será el Poder Judicial, con inminentes sentencias condenatorias, el que señale una reforma radical o el no va más del vuelo de la “Urraca”.