“En la TV, la imagen de la mujer como objeto se ha banalizado”
Reconocida socióloga analiza los roles y estereotipos de género en los programas de televisión de señal abierta e identifica la participación de las mujeres en el discurso e imagen de estos contenidos.
El Día Internacional de la Mujer es una ocasión para analizar la imagen que se proyecta de la población femenina a través de los medios de comunicación, principalmente la televisión, el medio de mayor consumo en nuestro país. Para analizar esta situación, conversamos con Violeta Barrientos, socióloga y doctora en Literatura, autora del estudio: Análisis de Género en la programación de señal abierta y en Horario Familiar, realizado a pedido del CONCORTV.
![]() |
Violeta Barrientos es doctora en literatura por la Universidad de París, con estudios en sociología política en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Actualmente es directora de Intersecta, asociación contra las múltiples formas de discriminación y docente de la Maestría de Género en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). |
Por Sarita Florián | Jans Álvarez
Teniendo en cuenta que los medios de comunicación pueden reflejar a una sociedad ¿Cómo sería la imagen de la mujer peruana, si solo consideráramos lo que la TV proyecta de ella?
A pesar de que el tema de los derechos de la mujer fue una ola muy fuerte que empezó en los años 80 y tuvo muchos logros, ha habido un retroceso en el avance que se tenía sobre la imagen de la mujer. Al hablar de la imagen de la mujer en la TV, estamos hablando del ámbito de la representación, en donde hay sujetos que representan y objetos representados.
Estamos hablando también de un campo de poder, en donde los que lo tienen (los medios) son quienes producen las imágenes y representan la realidad, y los de menos poder (las mujeres y otros), no pueden elaborar su propio discurso y son usados bajo la visión que tiene quien los representa ¿Cuántas mujeres son productoras de representación? ¿Cuántas de esas que producen representación lo hacen con un lenguaje suyo, propio? ¿Cuántas rompen esquemas? Muy pocas. Persiste la imagen de la mujer como objeto, no como productora de representaciones. La imagen de la mujer incide más en el aspecto corporal: se le muestra desnuda, sexualizada, con bailes que exaltan el erotismo, e incluso desde niña se sexualiza su imagen.
Y en comparación a la representación del género masculino en la televisión ¿existe igualdad en cuanto a los roles que comparten hombres y mujeres?
La utilización de la imagen de la mujer como objeto en la TV se ha banalizado, se asimila como normal y el cuerpo del hombre también empieza a ser parte de ese mundo de utilización como objeto. Hay un modelo de belleza hegemónico que se usa tanto para hombres y mujeres.
Quizá una de las causas de la sexualización de los cuerpos, tanto del hombre como de la mujer, es porque vivimos en una época en la que nos gusta estar de mirones, las cámaras proliferan por todos lados: hay cámaras en el celular, hay cámaras en las calles. La cuestión de mirar los otros cuerpos, la intimidad de cada cual, es lo que está de moda, es lo que hace el espectáculo y es lo que se llama sociedad del espectáculo, hasta mi vida común y corriente, una vez exhibida, es espectáculo.
¿Hay presencia de niñas y adultas mayores en la TV?
"Desde hace mucho tiempo se sabe que la adulta mayor no es de interés para los medios" |
Las adultas mayores no venden ya por su sexualidad, tomando en cuenta de que hoy en día los temas de sexualidad y pudor son los que más venden en los medios. Desde hace mucho tiempo se sabe que la adulta mayor no es de interés para los medios, porque ya ha perdido belleza, y generalmente solo ha sido considerada como mujer, ligada a la reproducción, a contrario del sexo masculino, pues a los adultos mayores aún se los ve como personas activas sexualmente.
Por el contrario, se hace mucho énfasis en la sexualidad de los niños y niñas, y si bien es cierto para un sector de la sociedad que los niños son el “crisol de la pureza”, poco a poco han sido incorporados en el mercado, sobre todo púberes, como mercancías sexualizadas. Ahora se vende el que a la niña se le debe vestir como a una “lolita chiquita”, o que solo se debe usar colores de moda (lila, rosa) que tiñen su feminidad precoz; esa sexualización tan fuerte es un tema de mercado. Los niños y niñas están atrapados en esos discursos contradictorios y polarizados, el de la moral y el del mercado.
¿Y cómo impacta en la niñez esta tendencia?
En que los niños y niñas ya no tienen niñez. Las niñas de hoy se preocupan mucho por su apariencia física y por parecer mujercitas muy prematuramente, dejan de lado las muñecas y ahora prefieren las redes sociales, tomarse selfies, aparecer en Facebook, aprovechan de tener una cámara para reproducir su imagen y compartirla en redes para que todos sus contactos las vean. Esa es la ocupación de los niños y niñas de hoy.
Sobre la categoría noticieros, ¿qué hallazgos fundamentales resalta respecto a la imagen, roles y presencia de mujeres y hombres?
Según el estudio que hicimos en los noticieros particularmente, por los temas que se tocan, aparece más la imagen de los hombres. Hay un grueso de noticiero que es la crónica policial, la cual lamentablemente tiene una forma de trabajo que incide en el morbo más que en el análisis de la delincuencia e inseguridad ciudadana como tema social. Esto es lamentable porque se podría tener un enfoque mucho más curativo de una sociedad que se dice insegura. Si el enfoque viene así, los delincuentes, que en su mayoría son hombres, son vistos de determinada manera, tenemos una suerte de masculinidad que es identificada con la delincuencia, una masculinidad que está vinculada con ciertos sectores sociales; en la tv no salen delincuentes de cuello blanco, sino los que pertenecen a una determinada clase social. La masculinidad de los noticieros se percibe como peligrosa, como causa de la violencia social.
En la parte deportiva de los noticieros también hay una priorización del futbol que es un deporte masculino. Si sumamos el segmento policial, más deportivo, allí se nos ha ido más de la mitad del noticiero y estamos hablando de un tratamiento de la noticia como espectáculo, y tanto lo delincuencial como lo deportivo presentan una masculinidad agresiva, distorsionando la realidad, pues hay deportes para mujeres y mixtos, pero se invisibilizan.
En una parte del estudio, señalas que ciertos géneros musicales refuerzan la violencia de género…
"A mayor diversidad y oferta de programas televisivos distintos, mayor posibilidad de poder escoger qué ver" |
La música latina es una de las más machistas del planeta, tenemos desde boleros y tangos que siempre han venido presentado amores atormentados de hombres hacia mujeres, incluso con letras de violencia hacia ellas, de despecho, la herida de amor, etc. No me extraña que los géneros modernos como el reggaetón, siempre dentro de lo popular, sigan presentado el mismo enfoque desde lo masculino hacia lo femenino, pero ahora agregándole la sexualización, pues el sexo se ha convertido en mercancía que vende muy fácil. No me extraña que ahora los ritmos, los bailes y los movimientos sean sexualizados, pues esta es una tendencia actual que vende y no necesita de una calidad.
¿Quiénes bailan esta música? No la baila quien tiene poder, la bailan los subalternos. Cuando hicimos el estudio, se observó que cuando la música se tocaba, se pedía que la bailen las chicas, el cholito, el negrito o el niño o niña.
¿En quién recae la responsabilidad de estos contenidos y cómo se puede mejorar esta situación?
Hay una suerte de pasarse la pelota y ver quién es el responsable, si el estado, la empresa o el público. Esa frase de “hay que darle a la gente lo que quiere” viene desde la época del imperio romano. Las empresas van a hacer empresa y no necesariamente podemos pedirles cánones morales, sin embargo la empresa siempre tiene responsabilidad social en lo que hace y ofrece a sus consumidores. El estado es responsable de educar a las audiencias, promover productos culturales y lograr una sociedad pensante. No estoy de acuerdo en que se aplique control o censura de medios, eso nunca ha funcionado, el detalle es el reparto del poder, quién aparece representado y quién representa (que son los medios), y de la violencia que se puede ocasionar bajo el poder de representación que tienen.
La producción independiente nacional ayudaría mucho a mejorar esta situación, pues a mayor diversidad y oferta de programas televisivos distintos, mayor posibilidad de poder escoger qué ver, eso haría el balance. La gente quiere programas de TV distintos, no más de lo mismo, eso ayudaría a aminorar el efecto pernicioso de concentrarnos en un monopolio de sexo y violencia.