Carlos Slim en busca de su negocio más huidizo: la televisión
El hombre más rico del mundo persigue hace años una licencia de TV. Rivales rechazan desembarco del magnate por temor a prácticas monopólicas.
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Carlos Slim busca tener su canal de televisión. |
(Reuters).- Como si de una película de aventuras se tratara, el magnate mexicano Carlos Slim se ha pasado los últimos años sorteando obstáculos y enfrentando rivales en busca de la pieza dorada que le falta a su imperio de telecomunicaciones latinoamericano: una licencia de televisión en su propia tierra.
La probada capacidad del hombre más rico del mundo para hacer negocios en México, donde domina el mercado de telecomunicaciones, lleva a que muchos crean que es inevitable que sortee las restricciones legales que le impiden lograr su objetivo.
La pregunta que nadie se atreve a responder es cuánto más puede demorar.
"Estoy seguro de que la recibirán", dijo Stanley Martínez, analista senior de telecomunicaciones de Legal & General Investment Management America en Chicago (LGIMA), que administra una cartera de valores del sector de telecomunicaciones de México. Pero agregó que "es difícil decir si estamos más cerca".
Mientras Slim avanza por un camino de guerras y treguas con los reguladores, operadores de televisión de paga invaden poco a poco su territorio, ofreciendo atractivos paquetes integrados de servicios que las compañías del empresario no pueden igualar.
La TV de paga mueve en México unos 2,000 millones de dólares anuales, según estimaciones de la industria, un pastel lo suficientemente grande como para atraer la atención de Slim, especialmente cuando el mercado de telefonía móvil regional empieza a madurar. Es además un negocio en el que juega exitosamente en el resto de América Latina, donde 14 millones de clientes ya ven televisión a través de sus empresas.
La historia de este "negocio imposible" se remonta a la década de 1990, cuando Slim -en ese entonces un empresario y operador financiero menos conocido- compró Telmex, un golpeado monopolio estatal de teléfonos. "El Ingeniero" recibió la empresa que lo pondría en camino de ser el hombre más acaudalado del planeta con una condición: no podría ofrecer televisión, una regla que buscaba evitar problemas futuros de competencia.
Más de dos décadas después, en un mercado donde el avance tecnológico permite ofrecer cada vez más servicios a través de una misma conexión, algunos expertos opinan que esa restricción ya no tiene sentido y perjudica exclusivamente a Telmex.
Pero en temas de competencia es más frecuente ver a Slim en el banquillo de los acusados. Sus empresas tienen cerca del 80 por ciento de las líneas fijas y un 70 por ciento de las móviles en México, y tiene tantos otros negocios en México que se dice que es difícil pasar un día sin poner dinero en sus bolsillos.