Argentina elige estándar europeo de Televisión Digital Terrestre (TDT)
Agencia NOVA.- Finalmente, como el Consejo de TV Digital lo anunciara en diciembre del 2006, el Gobierno nacional adoptará la norma de televisión digital terrestre de origen europeo DVB (para el futuro sistema de televisión digital por aire que reemplazará al actual sistema analógico).
Fuertes indicadores, y a pesar del cuidado hermetismo de la gestión del presidente Néstor Kirchner al respecto, permiten establecer de modo fidedigno que la Argentina ya ha tomado, desde hace más de 6 meses, la decisión de adoptar la norma técnica DVB-T para su sistema de TV digital terrestre, aunque no lo ha comunicado oficialmente hasta este jueves. Si bien se esperaba que se diera a conocer esta decisión en diciembre del año pasado, versiones más criteriosas indican que sería factible que se lo haga antes del fin del actual mandato presidencial, hacia fines del 2007.
El Consejo de TV Digital (DTV Council, tales sus siglas en inglés) fue el principal opositor a la forma con que hace 9 años se adoptara mediante la Resolución SeCom N° 2357/98, de modo intempestivo –durante la gestión del entonces secretario de Comunicaciones, Germán Kammerath, pleno gobierno de Carlos Menem–, la norma de TV Digital de origen norteamericano ATSC para el Sistema de TV Digital Terrestre de la Argentina, medida que se dictara ignorando las posiciones vertidas en la propia audiencia de TV Digital del 22 de septiembre de 1998, convocada oficialmente por el Gobierno, sin efectuar pruebas comparativas ni de campo entre las distintas normas técnicas en pugna.
Según el presidente de la ONGD, Jorge Rivero, esa decisión se basó en "hechos o antecedentes falsos", y "mediando incompetencia en razón de la materia", causales ambos de nulidad absoluta e insanables según la Ley de Procedimientos Administrativos de la Nación, que fuera objeto de sendas acciones legales, administrativas y judiciales por parte de Rivero.
Asimismo, dicha resolución fue declarada "nula" –de modo verbal– por otro secretario de Comunicaciones, el Dr. Henoch Aguiar, el 4 de mayo de 2000, durante la gestión de Fernando De La Rúa.
El controvertido tema de la TV Digital –que fuera llamado a fines de los ’90 "La Guerra de la TV Digital", aunque estuvo polarizado por los rivales ATSC vs DVB–, hoy suma en el mundo una opción, otrora inviable: la del ISDB, aunque este conflicto llega a su fin, por lo menos en la Argentina.
La determinación nacional bien podría causar un “efecto dominó” sobre el resto de los países latinoamericanos en los que aún resta adoptar una norma técnica de TV Digital Terrestre, y que son mayoría. Por caso, Brasil, socio comercial de la Argentina en el Mercosur, argumentó en 1998 que nuestro país violó la resolución 24/94 del Grupo Mercosur, órgano ejecutivo de la región, cuando adoptó ATSC sin mediar "consenso" con sus pares.
Ahora, aquel país adoptó la norma de origen japonés ISDB que, "adaptada" al sistema brasileño, pretende ahora venderse al resto del países de la región como una norma cuasi propia del Estado presidido por Lula, resultando en un continente en el que coexistirán 3 normas de TV Digital Terrestre aunque, debido a la modulación de frecuencia implementada, COFDM, dos de ellas mantendrían un grado mayúsculo de compatibilidad: DVB e ISDB.
Varias razones han de ser objeto de la presente adopción de la norma DVB por parte de la Argentina: la interoperabilidad a través de los sistemas; la recepción móvil (aunque sobre esto aún existe controversia, acerca de si debería o no pasar la emisión de TV a través de los sistemas de telefonía celular); la gran base de set-top-boxes instalados a nivel mundial y la cantidad de países bajo esta norma, en razón de escala; el aprovechamiento de espectro, un bien público y escaso que administra el Estado, y por sobre todo la "inclusión social" que se asegura utilizando la norma DVB, sin lugar a dudas, la de más bajo costo de las 3 para el consumidor, y la que más rápido se podrá implementar, tal como lo señala la experiencia europea.
Por otro lado, una vez ya dilucidada la cuestión de la norma técnica de TV Digital Terrestre (por aire), resta determinar el "cómo" sobre su implementación y utilización. En la Argentina, las actuales estaciones de TV utilizan, para transmitir un canal de TV analógica, un ancho de banda del espectro radioeléctrico equivalente a 6 Mhz.
Con la implementación de la Nueva TV Digital, en esos mismos 6 Mhz (canalización utilizada en toda América), una estación de TV podría transmitir 1 canal de HD (alta definición) junto hasta 4 ó 5 canales de SD (definición estándar) o ED (definición mejorada) en forma simultánea, más guías de programación electrónicas con más 1 canal de datos (Internet) en forma integrada.
Las actuales licencias de televisión no contemplan estas nuevas capacidades, por lo cual si de adaptar se tratara el actual modelo a la nueva tecnología, sólo podría transmitirse 1 canal o programa por cada emisora (empresa), y por cada ciudad; cosa que tampoco justifica, entonces, que prime la HD (Alta Definción).
Si los actuales broadcasters utilizaran esos 6 Mhz en forma cuasi "propietaria", entonces quedarían liberados para transmitir varias señales, aprovechando las capacidades de esta tecnología en cada uno de los actuales mono-canales.
Si el Gobierno permitiera ello, perdería las oportunidades que determina esta nueva tecnología: el mejor aprovechamiento del espectro radioeléctrico, la posibilidad de otorgar nuevas licencias para que entren en juego nuevos operadores de radiodifusión, favoreciendo la democratización de la cultura mediante una nueva diversidad de fuentes de información, con posibilidades inimaginadas de su uso en educación, prevención en salud, etc., mediante los recursos de la movilidad y la implementación de redes de frecuencia única.
El 15 de septiembre próximo, el Consejo de TV Digital convoca a personeros de todos los sectores involucrados, oficinas regulatorias, broadcasters, productoras de contenidos, organizaciones de defensa de derechos del consumidor, etc., de toda Latinoamérica, a una conferencia internacional bajo el interrogante de: ¿Todavía podemos tener todos una misma norma?